martes, 12 de octubre de 2010

Reflejos


Muchas veces quisiera poder observarme desde fuera para entender por qué mucha gente me mira pero no me ve. Siento que están viendo a otra persona, alguien a quien yo no conozco, y que considero muy distinta a mí. Justo cuando siento que soy un libro abierto, la novedad me comenta que, nuevamente, fui malinterpretada.


Es como si estuvieran guardando comentarios, acumulándolos, y de repente, mi presencia fuera la excusa perfecta para liberar todo eso, y los recibo. Quizás agudizando los sentidos logre percibir un poco de mí en cada comentario, y tal vez, la inspiración no es vana.


Sería muy bonito poder verse de fuera, y así poder saber cómo te ven. Nunca hay que ocultar lo que uno es por dentro porque si no se pierde mucha parte de tu vida formando una apariencia o una personalidad que no es real y esto no es lo que quieres. Otro aspecto es cuando ciertas personas sólo escuchan o leen lo que ellos quieren saber de ti, hasta tal punto de crearse ellas mismas tu propia imagen modificada.



Es difícil encontrar a alguien que sepa por qué colocas el punto, y por qué no lo pones en tus frases. La mayoría de las personas te tiran problemas o divagan en un tema para no hablar de forma cabal de lo que pasa. Si lo hacen es para complacerte. La pregunta es, ¿cuántas personas te entienden sin decir ni una palabra? ¿Cuánto cuesta verte reflejado en alguien?

miércoles, 6 de octubre de 2010

Bodegón

Pocas veces prestamos atención a los objetos que nos rodean. Éstos los entendemos como el entorno, nuestro entorno. Así se llega a la realidad, la cual la reconocemos a través de las señales que las cosas nos envían y que los seres humanos estamos en condiciones de detectar. Si estas señales no se percibiesen, no se sabría de la existencia de las cosas. La percepción depende de nuestra capacidad de recibir las señales. Esto se puede traducir en nuestros sentidos: olfato, vista, gusto, tacto y oído. Debemos aceptar la realidad tal y como es ya que nuestros sentidos son limitados. El entorno, la realidad, queda oculta y lo único que nos queda es admitir que sólo poseemos una interpretación de las señales que nos ayudan a interpretar nuestro mundo.