martes, 23 de noviembre de 2010

Rincones de Pamplona

¿Has probado a oler el frío? Ese aroma húmedo de las hojas marchitas ya en el suelo, mezclado con ráfagas de viento helado. Los castañeros, fieles a su cita, ya han llegado como cada otoño. El perfume inconfundible de este fruto convierte las calles en una estampa repleta de encanto. La ciudad se disfraza bajo los aromas del frío.

Pamplona huele distinta en estas épocas del año. Un domingo a las tantas de la mañana, cuando todo el mundo duerme para empezar con buen pie la semana, sal a la calle, rodeado por tu bufanda, y respira, respira hasta que ya no puedas más, hasta que tus pulmones hayan llegado al límite. Cierra los ojos y saborea ese aroma. Si aprovechas bien ese momento podrás llegar a sentir el viento acariciando tu cara, golpeando las hojas de los árboles y éstas cayendo a tu alrededor. Disfrútalo porque el otoño es el final y el principio de todo. Es la hora en la que la naturaleza se rinde al frío y se duerme en un largo descanso.







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